El angiosarcoma es un tipo de cáncer poco frecuente que se forma en el revestimiento de los vasos sanguíneos y de los vasos linfáticos, es decir, en las células endoteliales vasculares. Se presenta en personas de edad avanzada con mayor frecuencia en hombres (3:1, respecto a las mujeres). En general, los angiosarcomas representan el 1-2% de todos los sarcomas, siendo más comunes en personas mayores de 70 años. Puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, con mayor frecuencia, en la piel (60% de los angiosarcomas), en tejidos blandos (hasta el 25%) y en las mamas (aproximadamente el 8%), como podemos ver en el siguiente gráfico de sectores.
No se sabe verdaderamente qué es lo que causa este cáncer, pero en los últimos años se han identificado una serie de factores que podrían aumentar el riesgo de padecerlo, como puede ser la radioterapia (el cáncer suele aparecer entre 5-10 años después de este tratamiento; las sustancias químicas, como el cloruro de vinilo, el arsénico y el dióxido de torio; y los linfedemas, la inflamación por acumulación de líquido linfático adicional en los tejidos.
El angiosarcoma a veces puede ser hereditario. Se ha descubierto que aquellas personas con un cambio en el gen llamado POT1, tienen posibilidades de desarrollar angiosarcoma del corazón.
Se han identificado varias clasificaciones para dividir estos tumores:
Angiosarcoma cutáneo sin linfedema asociado,
Angiosarcoma cutáneo con linfedema asociado,
Angiosarcomas primarios de mama,
Angiosarcomas del tejido blando profundo,
Angiosarcoma inducido por radiación y
Angiosarcoma asociado con material extraño.
A pesar de esta clasificación, los métodos de diagnóstico, las técnicas de imagen, el tratamiento y el pronóstico, son similares.