Normalmente se descubre su existencia en edad infantil. La media de edad a la que aparece esta enfermedad es a los 7 años aunque las primeras manifestaciones de señales de fallo de la médula ósea aparecen entre los 3 y los 2 años. Cabe destacar que no es una enfermedad exclusiva de la niñez porque ha habido casos en lo que se ha diagnosticado en la edad adulta y nunca antes habían manifestado algún síntoma o signo característico.
Es una enfermedad que tiene una evolución diferente en cada persona, en aquellas personas que tienen muy bajos los niveles de glóbulos y plaquetas puede ser bastante rápida. A mayores, los pacientes que padecen esta enfermedad tienen mayor riesgo de padecer cáncer.
No hay que confundir esta patología con el Síndrome de Fanconi ya que este es una rara afiliación de los riñones en la que se pierden varios nutrientes y sustancias importantes en la orina.