Se trata de una enfermedad con una sintomatología clara, centrada en el prurito y la sensación de quemazón intensa ocasionada por las ampollas e inflamaciones formadas.
La localización de estas puede ser muy variada, aunque generalmente predominan en los codos. A mayores, podemos llegar a encontrarlas también en la parte posterior de las rodillas, las nalgas, la parte inferior de la espalda, la parte posterior de la cabeza y más raramente en la cara y el cuello.
Debido a la intensa sensación de prurito que estas ocasionan, los pacientes no pueden evitar rascarse por lo que la piel se debilita volviéndose frágil, motivo por el cual estas suelen romperse rápidamente y pocas permanecen intactas llegado el momento de la consulta médica.
Debemos tener en cuenta que toda esta sintomatología se puede ver agravada al emplear yoduros y preparados de yodo como pueden ser: algas marinas, algas laminarias, sal yodada o determinados jabones para la piel.
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