El tratamiento de elección en este tipo de enfermedades es la intervención quirúrgica, pues solucionar los problemas de desarrollo de las diferentes estructuras oculares, no resulta posible mediante ningún tratamiento farmacológico.
Existen diferentes tipos de intervenciones quirúrgicas, cada una adecuada a los diferentes tipos de problemas de desarrollo existentes en esta enfermedad, y por lo general, los pacientes deberán ser sometidos a varias intervenciones quirúrgicas para lograr un control eficaz de la enfermedad.
Algunos tipos de intervenciones quirúrgicas son:
Goniotomías: Intervención quirúrgica que se realiza cuando la transparencia corneal lo permite, con el fin de liberar el ángulo de la cámara anterior del ojo que se encuentra ocupada por tejido embrionario.
Trabeculectomía: Intervención quirúrgica que se realiza cuando no es posible llevar a cabo una goniotomía, cuando el edema corneal no permite visualizar las estructuras del ángulo.
Colocación de dispositivos de drenaje (válvulas): Tipo de intervención quirúrgica que se elige en los casos más rebeldes, cuando ninguna de las anteriores intervenciones da resultado.
El objetivo principal de ambas intervenciones es conseguir una bajada de la presión intraocular hasta un nivel óptimo, para evitar así daños en el nervio óptico.
No obstante, a pesar de la realización de varias de estas intervenciones a nuestros pacientes, el control adecuado de esta enfermedad resulta complejo, por lo que se tratan de pacientes que deberán ser seguidos durante prácticamente toda su vida por varios especialistas oftalmólogos, llevando en varios casos terapias multidisciplinares.
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